Exactas

Reflexiones en el centenario de Ciencias Exactas

El decano de la Facultad de Ciencias Exactas, Dr. Mauricio Federico Erben, relfexiona sobre la historia de esta unidad académica y los nuevos desafíos del sistema de ciencia y técnica.

El 29 de Octubre conmemoramos los 100 años de la creación de la Facultad de Ciencias Químicas, predecesora de la actual Facultad de Ciencias Exactas. La historia de nuestra casa de estudios está íntimamente unida a los comienzos de la Universidad Nacional de La Plata y a la idea fundacional de Joaquín V. González de conjugar una institución de educación superior que otorgase títulos profesionales, pero que a la vez desarrollase investigación científica. Este concepto encontró en las disciplinas de química y farmacia, y en la física y matemática, expresiones concretas de esa idea rectora. El 29 de Octubre de 1919 se crea la Facultad de Ciencias Químicas, que luego en 1923 adoptará la denominación de Facultad de Química y Farmacia y en 1968 se uniría con la Facultad de Fisicomatemática para conformar la actual Facultad de Ciencias Exactas.

Los tres pilares de la UNLP, docencia, extensión e investigación, han marcado el devenir institucional y me concentraré en esta oportunidad a la dimensión de investigación científica. Exactas es una Facultad que al remontarse en sus orígenes encuentra a las actividades de investigación entre sus razones de ser. Baste con recordar que el Dr. Herrero Ducloux, primer doctor en química de la Argentina, fue el docente y científico elegido como el primer decano de la Facultad de Química. Se resalta también el farmacéutico y primer doctor en Química de la UNLP, Dr. Tieghi, mientras en Física se destacan nombres como Tebaldo Ricaldoni, Emil Bose y Margrette Heiberg, y Hugo Broggi en matemáticas. Esta marca institucional ha sido consolidada a lo largo de estos años, con un desarrollo que llega a la actualidad mostrando grados de reconocimiento salientes a nivel nacional e internacional en los cuatro Departamentos que la componen: Ciencias Biológicas, Matemáticas, Física y Química.

Estas capacidades colocan a la Facultad de Ciencias Exactas como generadora de saberes en el borde mismo del conocimiento científico, a la vez que institución pública que debate y pone continuamente en su agenda el desafío que esta creación de saberes se dé en el marco de un proyecto de país que permita que estos avances científicos repercutan en mejorar la calidad de vida de la población. La historia da cuenta de estos posicionamientos: por ejemplo, en 1930 se realiza el acto de colocación de la piedra fundamental del edificio actual de Exactas y el entonces decano, el Dr. Sagastume, instaba a que la universidad debía formar profesionales para que se vaya cumpliendo “la legítima aspiración de suprimir la tutela extranjera y el drenaje de tantos millones, derivados de nuestro retraso industrial”. Para Sagastume “el país necesita de muchas fábricas y profesionales que trabajen en ellas y a la universidad le corresponde formarlos en sus aulas y laboratorios”. Trayendo estos debates a la actualidad, se trata de definir qué ciencia hacemos en nuestros laboratorios, para qué y para quién.

Nuestra Facultad posee un potencial enorme para articular una variedad de saberes y capacidad de afrontar problemáticas complejas que requieren abordajes interdisciplinarios. Desde ya que para profundizar estos alcances se necesita de la decisión política y de las fuentes de financiamiento para poner en marcha proyectos de investigación, con salarios dignos para las y los trabajadores de la ciencia y tecnología y dotar los laboratorios de equipamiento e infraestructura edilicia adecuada. Al igual que otras estructuras del estado, el sistema nacional de CyT se encuentra en un momento muy difícil por los recortes de presupuesto sufridos en estos últimos años que hacen peligrar la continuidad de proyectos en ejecución y la integridad de grupos de trabajo. Además se han sumado ataques que apuntaron a la validación social del conocimiento, relativizando la importancia de tener científicas y científicos trabajando en instituciones públicas de ciencia y tecnología. Un resumen simbólico de esta situación se encuentra en la decisión del presidente Ing. Mauricio Macri de rebajar el rango del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva a una Secretaría de estado. En este contexto, considero muy relevante que el Presidente electo, Dr. Alberto Fernández, en su primer saludo al país como presidente electo haya mencionado explícitamente a la educación superior, a la Universidad Pública y haya hecho referencia a la Ciencia y a la Tecnología. Estas definiciones son auspiciosas en cuanto señales que permiten volver a pensar el lugar de la educación, de ciencia y la tecnología como motores de desarrollo inclusivo del país. Pero también esas palabras están cargadas de un gran sentido de responsabilidad hacia la propia institución, interpelan a la Universidad y sistema público de Ciencia y Tecnología en su rol de instituciones del estado llamadas a ser transformadoras de la realidad económica y social del país. Hoy en día las desigualdades se materializan de varias maneras, pero entre todas, una es clara: la desigualdad entre aquellos que acceden y aquellos que no acceden al conocimiento. El compromiso de quienes queremos construir una sociedad más justa debe apuntar a la democratización del conocimiento que se transmite y también del conocimiento que se crea en sus aulas y laboratorios.

La universidad pública debe promover la creación de conocimientos en los límites del desarrollo científico y como parte constitutiva y articulada con el complejo de ciencia y tecnología nacional, tiene el desafío de aportar soluciones concretas a problemáticas urgentes en materia de alimentos, salud pública, medio ambiente, energía, industrias y servicios. En fin, una universidad incorporada como actor clave de un modelo de desarrollo económico y social con inclusión para la construcción colectiva de un país soberano, y reafirmamos: la educación superior es un derecho y la ciencia es soberanía, y la tecnología es soberanía.

Creo que la historia de estos 100 años de la Facultad de Ciencias Química, pero sobre todo el presente de la Facultad de Ciencias Exactas plenamente integrada a la Universidad Nacional de La Plata, son motivos suficientes que justifican este festejo y tenemos elementos concretos para ser optimistas por el país y la Facultad que estamos construyendo entre todas y todos.

Feliz cumpleaños querida Facultad!

Actualizado el: 2019-11-07